El “Via Crucis de Cristo Rey”

La Catedral de Rosario cuenta con una auténtica obra de arte en su interior. Es el “Via Crucis, de Cristo Rey” un conjunto de catorce bronces que representan las estaciones de esta antigua práctica piadosa de los cristianos.

¿Qué es el Via Crucis?

Es una devoción clásica en tiempos de Cuaresma y Semana Santa, pero puede realizarse a lo largo de todo el año. La tradición indica que la Virgen María diariamente transitaba por las calles de Jerusalén recordando a su divino Hijo en su camino al Calvario. Los primeros cristianos la imitaron y se afianzó notablemente. San Leonardo de Puerto Mauricio, franciscano y misionero, propuso al Papa Benedicto XIV construir un Vía Crucis alrededor del Coliseo de Roma. Más tarde la Orden Franciscana difundió universalmente la devoción. Desde el siglo XVIII se representa con “estaciones” que recuerdan momentos determinados del último trayecto de Jesús. Desde 1964 el Papa San Paulo VI presidió el rito en el Coliseo, que se hizo costumbre entre sus sucesores hasta la actualidad, excepto que cuestiones extraordinarias lo impidieron.

Decimotercera estación
¿Cómo se reza al Vía Crucis?

Cada estación consta de un núcleo central que es la meditación sobre diversos momentos del camino del Señor desde el Pretorio de Jerusalén hasta el Calvario. Se simbolizan con una cruz, que por tradición se acompaña con un cuadro o escultura alusivo que ayuda a la meditación de los fieles. En 1731 Clemente XII las fijó en catorce, hasta que en 1991 el Santo Papa Juan Pablo II le agregó la decimoquinta, que corresponde a la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Las estaciones son las siguientes:

  1. Jesús es condenado a muerte
  2. Jesús carga con la Cruz a cuestas
  3. Jesús cae por primera vez
  4. Jesús encuentra a María, su Santísima Madre
  5. Simón el cireneo ayuda a Jesús a llevar la Cruz
  6. La Verónica enjuga el rostro de Jesús
  7. Jesús cae por segunda vez
  8. Jesús consuela a las hijas de Jerusalén
  9. Jesús cae por tercera vez
  10. Jesús despojado de sus vestiduras
  11. Jesús clavado en la Cruz
  12. Jesús muere en la Cruz
  13. Jesús en brazos de su Madre
  14. Jesús es sepultado
  15. Jesús resucita al tercer día
Distintos pastores, santos y autores cristianos han publicado reflexiones para acompañar el recorrido, cada uno lo hace desde diversas perspectivas y en forma acorde a las múltiples manifestaciones de la espiritualidad. Numerosas versiones se encuentran en las redes sociales.

Las indulgencias

Los fieles que realicen el Vía Crucis con devoción pueden obtener “indulgencia plenaria”, es decir el perdón de la pena merecida por los pecados. Para esto es necesario: tener disposición interior de dolor y desapego por los pecados cometidos (incluso por los veniales), también se debe acudir al sacramento de la reconciliación, comulgar piadosamente y rezar por las intenciones del Santo Padre (al menos un Credo, un Padrenuestro). Estas condiciones pueden cumplirse “algunos días antes o después del rezo del Via Crucis, sin embargo, es conveniente que la comunión y las oraciones se realicen el mismo día de la práctica”. Podrá ampliarse en el documento pontificio: Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina

El Via Crucis de la Catedral de Rosario

Este Via Crucis excepcional es obra de Eduardo Barnes (1901–1977) que a mediados del siglo pasado se destacó por sus esculturas religiosas distribuidas por toda la región. Está colocado en derredor de la nave y recibe el apelativo “de Cristo Rey”, una advocación muy sentida de “Acción Católica”, movimiento laico cuya Junta Parroquial promovió su instalación. La referencia a Cristo Rey se expresa en el Crismón enlazado por una corona, que consta en cada cuadro.

La realización de Barnes mereció juicios elogiosos de la crítica desde su instalación. Lo bendijo el Cardenal Antonio Caggiano el 4 de octubre de 1952, en vísperas del día de Nuestra Señora del Rosario (7 de octubre) y fue un presente para Monseñor Francisco Núñez, párroco de la Catedral entre 1941 y 1955, en ocasión de su quincuagésimo cumpleaños. Barnes apeló a una antigua costumbre de los artistas medievales cuando incluyó a su mecenas, el Cardenal Caggiano, en la decimotercera estación, entre un soldado romano y la Virgen María.

Eduardo Barnes, dibujo de Antonio Berni

Nota: Los taseles de muchas de las obras de Barnes se preservan en el museo que existe en el subsuelo del teatro “El Círculo”, que puede ser recorrido por los interesados y turistas. Consultas: visitasenelcirculo@gmail.com

Nota: Los taseles de muchas de las obras de Barnes se preservan en el museo que existe en el subsuelo del teatro “El Círculo”, que puede ser recorrido por los interesados y turistas. Consultas: visitasenelcirculo@gmail.com